domingo, 7 de noviembre de 2010

"Radiografía bicentenaria de nuestro país" por Sebastián Maureira 4ºA Colegio Piamarta



Chile, el último país al sur del continente, sometido por españoles, en una lucha que dice la historia duró más de 500 años, y, como escribió Alonso de Ercilla, de gente buena y de coraje jamás igualado, celebra hoy con bombos y platillos sus 200 años.

Como chileno se siente orgullo y vergüenza a la vez, aunque uno no admita, su corazoncito late y se emociona con esta pequeña palabra. Pero también estos 200 años nos trajeron un diverso desfile de costumbres y hábitos foráneos que nos han quitado identidad, viendo al propio hermano, ese de origen local, sin las mutaciones de nuestra clase criolla, verlo como un ser inferior, que sin embargo nos demuestran a través de tantos años, el orgullo de su origen y de salir adelante, de mantener viva su tradición, su tierra, esa pachamama que no todos conocemos, porque nos mostraron caras bonitas y estereotipadas del extranjero.

Cada uno de los gobiernos que hemos tenido a través de estos años, ha caído en el mismo error, pasar por alto o dejar en segundo plano nuestra identidad con el afán del progreso.

Como lamentablemente no se preocupan del ser común y corriente se deja abierta una peligrosa puerta donde entra lo bueno y lo malo de otros países, teniendo que lamentar que la juventud actual no tiene héroes dónde reflejarse ni personajes carismáticos a seguir.

Esto lamentablemente nos lleva a ver en el día a día y en todas las calles de nuestro país una banalidad escalofriante. Somos pobres imitadores de moda extranjera, de lo que vemos a través de la TV, queriendo resaltar en un lugar donde no corresponde, ver a la juventud carente de valores, de respeto y de identidad. Eso es lo que debemos plantearnos en este Bicentenario, para que la nueva generación pueda salir mejor, dejemos la parafernalia y ocupemos nuestros recursos en mejorar educación, salud y, también, crear buenos ciudadanos en este pequeño lugar llamado Chile.

De no suceder esto, ¿qué es lo que dejaremos de rescatable para el Tricentenario?

A continuación, una apreciación bastante personal mostrando a la TV como principal antagonista en este Bicentenario, siendo una de las culpables más notables de nuestra pérdida de identidad, dependencia y superficialidad.
 
Septiembre 2010… Chile cumple por fin sus anhelados 200 años de independencia. Una historia en común que nos une, la historia de Chile. Un país acogedor, bello en toda su extensión. Acá los chilenos hablamos orgullosos de Democracia, de avances tecnológicos, de un país que ha crecido bastante los últimos años; defendemos ideales de igualdad, de libre expresión e internacionalmente nos hacemos cada vez más conocidos y considerados.

El gobierno de turno gastó millones en publicidad y en mega eventos para conmemorar nuestro bicentenario, pues, “el bicentenario acá se celebra solo una vez y hay que hacerlo en grande”… Pues “¡Chile se lo merece!”.
No es por ser amargado ni pesimista, pero no puedo evitar pensar ¿Qué pasará cuando acabe todo y el bicentenario pase, la gente tenga que volver a trabajar, a estudiar, a pagar deudas (que adquirió) para poder celebrar y deban volver cada uno a su realidad?

Nuestro país, sin lugar a dudas, es uno de los países donde más se consume en cuanto a tecnología. Si nos fijamos, acá en Chile más del 93% de la población cuenta con un televisor en su hogar, más del 80% de los chilenos tiene un teléfono celular y más del 70% posee un computador.  Siendo la TV el medio de comunicación masivo, no hay que pensar mucho para darse cuenta que hasta en los lugares más pobres tenemos televidentes.

¿A qué voy con estas estadísticas? se preguntarán…

Me es inevitable comparar la realidad general que yo, como un chileno cualquiera veo, contrastando con la que muestran en esta interesante cajita y algo me inquieta.

Si nos ponemos a observar cómo Chile está en realidad, sinceramente no está todo tan bonito “como lo pintan” en la TV y como lo muestran en el exterior. En la TV nacional, si pillo alguna vez un programa cultural, generalmente se muestra a gente importante y a algunos extranjeros dueños de terrenos y empresas chilenas… haciendo vinos, produciendo, internacionalizando los productos de nuestra tierra, y no es de nacionalista ni amargado, pero me pregunto: ¿Y el resto de los chilenos dónde están?... ¿Por qué no sale el resto también aquí?

En los comerciales y publicidad en general veo gente sonriendo, todos felices y exitosos, como si nada les preocupara, te invitan a consumir y consumir, hasta que no puedas más…, hasta “el viejo loco del centro” anda feliz de la vida pidiendo una monedita como siempre, vestido con sus clásicos harapos, como si él hubiera nacido para ello y lo muestran de manera jocosa, como si de pronto, mágicamente, existiera un “bienestar general”… Una descarada mentira, porque basta con mirar a nuestro alrededor y preguntarse: ¿Y la gente que pasa hambre dónde está?.

Y al resto, a aquellos que les cuesta igual que a ti y a mí el día a día, ¿dónde están?.

Todos esos, tú sabes, como cualquier persona que vemos en la micro, en el metro, mostrando en sus caras viva preocupación, una angustia y por qué no también, una disconformidad que se percibe a kilómetros de ellos ¿Dónde están todos ellos?  ¿Por qué cuando llegan los turistas a nuestro país, no les muestran también los lugares por los que transitamos los chilenos en general?

Aquellos lugares donde podrías tener una visión más realista de Chile. Sinceramente me desconcierta ver a la familia reunida en la mesa mirando en la TV la vida de otros, la felicidad de otros pareciera ser la suya, las señoras conversando de las últimas que vieron en el programa de farándula.

Podemos ver a la juventud más preocupada de andar a la moda y de aparentar cosas siguiendo estereotipos foráneos y no preocupada de nuestra realidad ni de aprender, más preocupados de ver un programa ocioso en la TV antes de ver cultura.  A la gente más preocupada de evadir sus realidades que de enfrentarlas, veo a la gente con miedo de reclamar sus derechos por miedo a que le respondan con algo que no entienden.  Veo un creciente fatalismo en la vida de los chilenos, veo mediocridad en muchas de sus vidas… ¿Por qué la gente no sabe casi nada de su país y de cómo funciona el sistema?  ¿Por qué la juventud está tan desinteresada de la política?  ¿Por qué la cultura de masas se hace cada vez más masiva?

Y lo que más me inquieta, ¿por qué redundan tanto las noticias repetidas y los programas con fines de ocio en la TV y no nos hacen partícipes de todo lo que ocurre?  ¿Por qué no nos preguntan ni nos avisan cuándo quieren vender y comprar, crear nuevas leyes, quitarnos derechos y privilegios, etc.?  ¿Por qué da la sensación de que la política fuera para unos pocos?

Todo esto, sin exagerar, ¿no os recuerda al “PAN Y CIRCO” Romano? (Denle entretención al pueblo, vuélvelo ignorante y no será un problema).

Más que en progreso, Chile podría estar en un proceso de decadencia. Hablamos de democracia y libre expresión,  pero cuando queremos expresar que algo no nos parece, o queremos ser escuchados, nos reprimen.

La juventud desinteresada en la política, porque ve que “están los mismos de siempre” y pareciera que estuvieran “atornillados”.  Si desinteresamos a la juventud, lógicamente, no querrá inscribirse ni participar de ella… Poco a poco podría transformarse en un gobierno de pocos (oligarquía), y como no están inscritos o no participan, no tienen derecho a reclamar… como estaban más preocupados de ver TV ya no saben cómo defenderse.

Políticos corruptos, robos por aquí y por allá, ignorancia creciente en el país fallas en la educación, lucro, desigualdad y una gran brecha que me hace pensar que las cosas no son tan lindas como se ven en la TV.

La cultura de masas, los endeudamientos masivos, la ignorancia, la barbarie, violencia y poca tolerancia en nuestro país, podrían ser solo alguna de las consecuencias, porque como país no se hacen las cosas para mejorarlo.

Tantos millones que se podrían haber utilizado en mejorar un poco las cosas dentro de Chile, en vez de hacer un despilfarro de dinero en mega eventos que, fuera de entretención, no llenarán estómagos, no enseñarán de cultura, no disminuirán la brecha en el país, ni mucho menos ayudarán, realmente, a quienes lo necesitan.

Quizás en este Bicentenario, es hora de ser un poco más realistas y tratar de mostrar las cosas como son, hacerlas como se debe y concentrarnos en un real progreso para nuestra sociedad.  Informar cómo debe ser nuestra sociedad y no embrutecerla con una TV nacional que avergüenza. Puede ser este el mejor medio para revertir la situación, para informar y educar mejor a nuestra sociedad, para que así, no se transforme en un arma de doble filo, como lo es hoy día.

¡Creemos conciencia!

1 comentario:

  1. Me encantó :D sobre todo esa parte sobre la política para algunos pocos y que las decisiones que se toman no son informadas hasta que se adoptan a la fuerza.El pan y circo de este año. Y que la tv es bastante poderosa lavando cerebros

    C.R

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